¿Quién se ha llevado mi empleo? por Historias de Cracks



La semana pasada The Economist nos zarandeaba un poco más de lo que ya estamos con una portada que ilustraba una clara advertencia: los empleos convencionales están desapareciendo a un ritmo vertiginoso. Se extinguen y lo hacen rápido.

Qué empleos se juegan el tipo

Un reciente estudio de académicos de la Universidad de Oxford sugiere que el 47% de los empleos actuales serán automatizados en las dos próximas décadas. La capacidad de gestionar información (“Dig Data) empieza a convertir a los ordenadores en más precisos y efectivos que los humanos. En el siguiente cuadro – del que también se hizo eco la semana pasada el blog Microsiervos- hay una muestra de empleos y su probabilidad de desaparecer. ¿Te identificas con alguno de ellos?



Los trabajos mecánicos están en claro peligro de extinción así como los intermediarios.  Y al igual que en su día ocurrió con los agentes de viajes, los conductores de taxis y autobuses cederán su puesto a los coches de conducción automática o sin conductor (os animo a ver el alucinante video de pruebas del coche de Google).

Pero hay más: abogados, economistas, contables y auditores desaparecerán por el crecimiento de softwares de impuestos capaces de cruzar datos, leyes y jurisprudencia, textos y cifras. En el sector médico, igual. Las biopsias serán analizadas mejor por un software de procesamiento de imagen que por un experto mirando una pantalla. Un robot será más preciso en una operación que el pulso de un cirujano. Los empleos intelectuales complejos serán simplificados y divididos en pequeñas tareas susceptibles de ser automatizadas bajo el prisma del Big Data o la inteligencia artificial. La creatividad será importante, pero sólo en tareas clave. Donde ahora trabajan 100 abogados, médicos u oficinistas puede que en el futuro sólo sean necesarios 10.

¿Quién se libra?

Los trabajos que conlleven un factor creativo y emocional. Además de posiciones de alto contenido intelectual como ingenieros químicos o de difícil automatización como los dentistas, The Economist da una lista de empleos que según su criterio vivirán una época dorada en el futuro: artistas, terapeutas, consejeros amorosos y entrenadores. Creatividad, emoción y relación interpersonal “will be king”.
Otro que se libra por supuesto es el jefe necesario ya sea para gestionar a 2 ó 2.000 personas estableciendo estrategias, generando procesos, motivando equipos y alcanzando objetivos.

El tamaño también importa

A pesar de lo dicho hasta ahora, hay que recordar que la tecnología aporta grandes beneficios y también crea empleo, no sólo lo destruye. La cuestión es a qué ritmo.
En la lista de los mayores empleadores del mundo, a excepción de Walmart y McDonalds, el Sector Público es el gran creador de empleo. Puede que ésa sea la razón por la que este sector ha sido el más reticente en incorporar la tecnología en sus procesos. ¿Pura auto-supervivencia?. Aún así la rueda ya está en marcha. Antes o después el Estado mirará la caja y llegará a la conclusión de que si quiere evitar la bancarrota o que otros países le dejen atrás en competitividad deberá sustituir parte del personal por tecnología.

En el sector privado Instagram, el fenómeno de la fotografía digital fue comprada por Facebook por 1 billón de dólares en 2012 cuando contaba con 30 millones de clientes y sólo 13 empleados. Facebook, con 1.2 billones de usuarios contrata tan sólo a 5.800 personas y Google cuenta con 46.000 empleados. El mismo año de la compra de Instagram Kodak presentaba la suspensión de pagos con una plantilla de 145.000 personas. La suma de empleados de las tres empresas tecnológicas apenas es un tercio de lo que reclutaba Kodak en el momento de su quiebra.

Otro ejemplo. Airbnb, con un reducido número de trabajadores, ha creado una plataforma de intercambio de servicios consiguiendo con ello que propietarios se conviertan en empresarios alquilando sus casas. Romántico, práctico y lucrativo. Pero a la vez pone en jaque a una industria hotelera que sostiene cientos de miles de empleados. Y así muchos más.

Cuando las barbas de tu vecino veas cortar…pon las tuyas a remojar.

Muchos observan desde la barrera cómo se han ido cerrando fábricas y automatizando procesos, eliminando trabajos de baja o mediana cualificación. Piensan que la sangría no les llegará a ellos, que están protegidos. Pero como hemos expuesto, también hay trabajo cualificado que será sustituido por software.

Esos empleos, sencillos, medianos y ahora también complejos, han sido la base para la creación y el florecimiento de la clase media del siglo XX. Si desaparecen los trabajos de la clase media sin recolocar a esos profesionales en otras actividades, se ampliará la diferencia entre ricos y pobres, se reducirán las oportunidades para salir de la pobreza y se elevará la tensión social.

Nuestros queridos políticos, tan preocupados con sus propios ombligos que no miran más allá, achacan el paro a la crisis económica y aprietan el cinturón al pueblo pensando que con un recorte por aquí y una ayuda social por allá callarán las voces discordantes hasta la próxima elección, el único plazo que les interesa.  Por una vez podrían levantar la mirada, comprender la importancia de lo que está sucediendo a nivel estructural y hacer algo por la sociedad a la que suponen que han de servir.

El mercado necesita cualificación y la necesita ya.

Lo único que ayuda a superar la brecha de la innovación es la educación. Así fue antes y así es ahora. Una de las principales razones para la mejora económica de los trabajadores durante la Revolución Industrial fue la construcción de las escuelas. Siendo como fue un paso de gigante para ese tiempo, su diseño decimonónico todavía vigente en nuestros sistemas educativos resulta obsoleto para la realidad actual. Porque las educación hoy no prepara para lo que, según muchos analistas, son las tres habilidades profesionales más valoradas del siglo XXI:
  • creatividad
  • capacidad para gestionar personas
  • capacidad de comunicarse con personas y tecnología
Estando demostrado que la máquina supera al hombre en el proceso de memorización de datos es momento para centrarse en aquello que puede hacer la mente humana en exclusiva: la creatividad, el análisis crítico y la interactuación con los otros. Necesitamos una educación que exponga al individuo a ideas y experiencias con el fin de que se realicen asociaciones, exploren procesos creativos y adquieran habilidades comunicativas efectivas.

Aprender es un proceso constante vital del profesional de hoy. Hasta tiene nombre: “Life Long Learning”. Qué deberían hacer los gobiernos:

1. Educar. La definición de “educación estatal” debe cambiar. Así lo claman muchas voces. Invertir más en pre-escolar, edad donde según los expertos se desarrollan habilidades cognitivas y sociales que ayudarán a definir y potenciar el futuro del niño. Apoyar a la educación del adulto creando un sistema continuo de aprendizaje en el que vuelva a la escuela cada ciertos años a reciclarse. Se pueden apoyar en la tecnología: a través de los MOOCs (massive open online courses) o incluso de video-juegos que estimulan nuevas habilidades que son necesarias en el trabajo.

2. Dejar de incentivar el perfil básico profesional. Dejar de prometer un salario mínimo para que la gente se contente y no se preocupen en aprender. Compra votos pero destroza futuros profesionales y con ellos, la capacidad de las familias para salir adelante.

Concluyendo

La innovación está aportado grandes beneficios a la Humanidad, eso es innegable. Pero los beneficios que aportan se están distribuyendo de manera desigual creando una gran diferencia entre los más ricos y los más pobres. Este efecto, especialmente acentuado al inicio de una era como la que estamos viviendo, debe ser mitigado cuanto antes. Individuos y gobiernos deben actuar por igual poniendo todos los medios a su alcance:

El profesional debe reaccionar, despertar. Los tiempos han cambiado y no puede esperar a que alguien venga a solucionarle la papeleta. Formación continua, plasticidad y creatividad son habilidades necesarias para sobrevivir y se adquieren sólo a base de constancia y esfuerzo.

Los Gobiernos deben actuar también sin demora. Dar herramientas educativas para que los ciudadanos puedan reciclarse y adaptarse al nuevo mercado laboral.
Porque si no reaccionan ya un día se preguntarán quién se llevó su empleo.

Autora:: Arancha Ruiz
Fuente: Historias de cracks

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